El Desarrollismo
El Desarrollismo en Argentina fue un movimiento económico que se puso en marcha bajo el gobierno de Arturo Frondizi entre los años 1958 y 1962.
Este programa incluyo el auto abastecimiento de petróleo,
carbón y acero. Se crearon las industrias petroquímicas y automotrices y logró
niveles de capitalización interna que no se volvieron a repetir en Argentina. Su
gobierno contaba con el apoyo de Perón, que desde el exilio le pidió a sus
seguidores que votaran por el plan desarrollista. Gracias a esto, Frondizi se
acercó a los peronistas dándoles leyes y amnistías a su favor, pero la entrada
de capital extranjero debilitó las relaciones entre el desarrollismo y el
peronismo.
Frondizi asumió los problemas económicos del país y
aplico medidas drásticas y veloces para contribuir al desarrollo nacional. La
propuesta de Frondizi y Frigerio era responder al estancamiento económico que
el país había vivido en los últimos años, persiguiendo la industrialización del
país. Se modificó el rumbo de las medidas económicas, y el impacto de estas
estuvo influenciado por cuestiones políticas.
El gobierno desarrollista de
Frondizi implementó un plan destinado a modernizar las relaciones económicas
nacionales e impulsar la investigación científica. En diciembre de 1958 se
promulgó la Ley de inversiones extranjeras, que trajo como consecuencia la
radicación de capitales, principalmente norteamericanos, por más de 500 millones
de dólares, el 90% de los cuales se concentró en las industrias químicas,
petroquímicas, metalúrgicas y de maquinarias eléctricas y no eléctricas. El
capital extranjero que se posaba en la industria pasó a ser un factor muy
importante en este período, por lo que la burguesía industrial nacional debió
acomodarse a las decisiones que estos
tomaban, y la burguesía pampeana perdió la mayor parte de su poder.
La mayor parte del capital se concentró en Buenos
Aires, Santa Fe y Córdoba, que vieron un desarrollo en sus industrias,
beneficiando especialmente a la clase media. Pero diversas situaciones
desembocaron en un aumento en las disputas sociales, que empeoraron la
situación económica del país. Hubo muchos reclamos gremiales e innumerables
huelgas, lo que llevó a intervenir varios gremios. Se declaró el plan CONINTES
para desestabilizar a la clase obrera. A su vez, habilitó al peronismo para ser
elegido en las elecciones de gobernadores provinciales de 1962, terminando con
la proscripción que se había iniciado con el gobierno militar. La victoria del
peronista Andrés Framini en Buenos Aires desembocó en la posterior destitución
de Frondizi el 29 de marzo de 1962, a raíz de las corrientes antiperonistas de
las Fuerzas Armadas. Posteriormente, Frondizi fue apresado y se produjo un
enfrentamiento dentro de las FFAA entre los Azules
y Colorados.
En resumen, el modelo desarrollista no prosperó por el
proceso de estrangulamiento del sector externo, por sus ataduras a
la exportación de bienes primarios y la importación de insumos
manufactureros y, la poca capacidad generadora de divisas de los bienes
industriales, el país desembocaba en un "cuello de botella" que le
obstruía la posibilidad de continuar con un crecimiento sostenido. Se
encontraron con problemas inflacionarios, de nivel de producción y demanda, de
creación de empleo. Además, el constante ahogo del peronismo y los sindicatos,
sumando las críticas desde distintos sectores, complicaron el desarrollo del
mandato.
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