El Peronismo fue un movimiento social de
masas argentino creado alrededor de la figura de Juan Domingo Perón, quien fue
presidente de la nación Argentina en 3 ocasiones, divididos en dos períodos.
Fueron desde el 4 de Junio de 1946 hasta el 21 de Septiembre de 1955, derrocado
por un golpe militar, y desde el 12 de Octubre de 1973 hasta el 1 de Julio de
1974, fecha de muerte de Perón.
El Peronismo, desde el punto de vista
político, se organizo en el Partido Peronista, el cual fue posteriormente
llamado Partido Justicialista.
El origen del Peronismo se remonta hasta
1943, durante la dictadura militar de Rawson. En ese entonces, Perón formaba
parte del Grupo de Oficiales Unidos, un grupo anticomunista que se oponía a la
participación de Argentina en la Segunda Guerra Mundial, y era el secretario de
Ministerio de Guerra, donde se imprimía la propaganda del GOU. Perón comenzó a
ganar poder político con el mandato de Farrell, pero sus acciones comenzaron a
generar resistencia y tuvo un enfrentamiento con el general Ávalos, lo que
desembocó en la renuncia a sus cargos. Opuestos a la postura de Perón, las
Fuerza Armadas lo encarcelaron en la Isla Martín García, y luego en el Hospital
Militar.
El 17 de Octubre de 1945, hoy conocido como el Día de la Lealtad
Peronista, ocurrió una gran manifestación de la clase obrera impulsada por
algunos dirigentes gremiales, pidiendo la liberación de Perón. Ante esto,
Farrell lo liberó y designó un nuevo gabinete con figuras que respondían a él.
El Peronismo asume el poder el 4 de Junio
de 1946, con el 52% de los votos a su favor. En lo interno, disuelve al Partido
Laborista y lo integra en el nuevo Partido Peronista. Por otra parte se
procedió a la remoción vía juicio político de los miembros de la Corte Suprema
de Justicia. Los partidos políticos opositores estuvieron involucrados en
acciones terroristas y conspiraron con los militares para organizar varios
golpes de estado.
El Peronismo puso en marcha los planes
quinquenales, un procedimiento económico de planificación
estatal argentino. El plan planteaba la necesidad de prever y codificar en un
solo cuerpo el conjunto de medidas que afectaban la exportación y la importación
ajustado a las realidades de ese momento. Esto diversificaba la industria
formando nuevas zonas productivas, reemplazándolas adecuadamente en función de
las fuentes de energía naturales, las vías de comunicaciones, los medios de
transporte y los mercados de consumidores. Se estableció un programa mínimo de
cinco años de obras y de inversiones necesarias para asegurar un suministro
adecuados de materias primas, combustibles y equipos mecánicos, desarrollar
racionalmente la industria y la agricultura del país.
Se profundizó la política de sustitución de
importaciones mediante el desarrollo de la industria ligera y se invirtió
también en la siembra de trigo. También se procuró una mayor justicia social,
a partir de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y
alentar el desarrollo industrial reclamado por los empresarios. La política
económica procuró una redistribución de la riqueza, ya que elevó el poder
adquisitivo de los trabajadores, aumentando el nivel de empleo y
los salarios. Pero las necesarias importaciones de combustibles, acero,
maquinarias y demás repuestos que el país, en ese momento, carecía, produjo
inflación y una reducción de empleos. Para romper el esquema, en 1952, el
gobierno decidió llevar a cabo un segundo plan Quinquenal, el cual tuvo
vigencia entre 1953 y 1957. Este, planteaba básicamente como objetivo
fundamental, asegurar el desarrollo de la economía social por medio de
actividades que ayuden a gestar la independencia económica del país.
La llegada del peronismo al gobierno
significó el advenimiento de nuevos sectores sociales a la escena política. Las
masas obreras se incorporaron plenamente a la vida política. Durante el primer
gobierno de Perón se produjo un cambio histórico en lo que respecta al
reconocimiento de los derechos de la mujer. Las mujeres pudieron participar por
primera vez en la política nacional, cuando en 1947 se consagró el derecho al
voto femenino. Esta medida, impulsada principalmente por Eva Perón, fue la
culminación de una larga lucha que habían iniciado los socialistas a principios
de siglo.
Para las elecciones presidenciales de 1952,
la Iglesia emitió un documento en el cual expresaba que ningún católico podía
votar por un partido que auspiciara el laicismo escolar, lo cual excluía a la
Unión Cívica Radical que se oponía a la enseñanza de religión en las escuelas
públicas que había confirmado el peronismo.
El 16 de septiembre de 1955, las Fuerzas
Armadas lideraron un nuevo golpe de Estado autodenominado "Revolución
Libertadora" y Perón partió al exilio.
En noviembre de ese mismo año la nueva dictadura proscribió al peronismo. Esto
significó, principalmente, la exclusión del Partido Peronista de futuras
elecciones, la prohibición de nombrar públicamente a Perón y a Evita, y de
exhibir símbolos peronistas. La proscripción del movimiento peronista y el
exilio de su líder dejaron sin posibilidad de representación institucional y
pública a la identidad política más extendida del país. Después del
derrocamiento de Perón en 1955, los gobiernos que se sucedieron, tanto los
impuestos por la fuerza como los surgidos de elecciones, carecieron de consenso
y fueron considerados como ilegítimos por importantes sectores de la población,
iniciando de esta forma un largo período de gobiernos semidemocráticos y
militares que durarían hasta 1973. La proscripción del peronismo duró hasta
1972, exceptuando el período desarrollista. En 1973, en elecciones libres el
peronismo, por amplia mayoría, volvió a ser gobierno por tercera vez desde su
nacimiento en 1945. En 1976, un nuevo golpe de Estado interrumpió
la democracia e instauró una dictadura militar.
Juan Domingo Perón murió el 1 de julio de 1974
debido a una enfermedad crónica, siendo sucedido en su mandato por su esposa
María Estela Martínez de Perón. La lucha violenta y la falta de liderazgo
fueron utilizadas como excusas por las Fuerzas Armadas, que derrocaron a la
presidenta. La dictadura militar que siguió, conocida como Proceso de
Reorganización Nacional, se sostuvo en la práctica del terrorismo de
Estado. Todos los partidos estuvieron prohibidos, y la militancia justicialista
fue duramente castigada por la represión. El justicialismo llegó nuevamente al
poder en 2003, al acceder al gobierno nacional Néstor Kirchner, que
siguió una política más identificable con las prácticas del primer gobierno de
Perón
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