domingo, 6 de julio de 2014

Capitalismo (en general)

El Capitalismo

El capitalismo puede ser considerado como un sistema o régimen económico en el que predomina el capital como elemento de producción y creador de riqueza, pudiendo, dicho capital, ser propiedad de personas jurídicas o de personas naturales no asociadas empresarialmente a otras. Para definir al capitalismo es necesario definir sus principios básicos, ya que no existe un consenso sobre su definición. Generalmente, el capitalismo se considera un sistema económico en el cual la propiedad privada desempeña un papel fundamental. Este es el primero de los principios básicos del capitalismo. Se incluyen también dentro de éstos la libertad de empresa y de elección, el interés propio como motivación dominante, la competencia, la fundamentación en el sistema de precios o de mercado.

 Es un sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y en la existencia de un mercado de libre competencia en el que se comercian bienes, servicios, productos y trabajos. Su origen debe buscarse en los países europeos occidentales a partir de los siglos. XVI y XVII, atravesando varias etapas: capitalismo comercial, manufactura y, en el siglo XVIII, merced a los grandes inventos mecánicos (Revolución Industrial), capitalismo industrial. El último estadio en la historia del capitalismo es la del capitalismo financiero, que se caracteriza por la concentración monopolista y de capitales y la existencia de grandes multinacionales.

Durante los últimos años, las economías capitalistas han experimentado una serie de cambios relevantes que han ido apartándolas del modelo teórico establecido por los economistas clásicos y sus continuadores: la progresiva intervención del Estado en la vida económica, la tendencia a la concentración de empresas, la inflación continuada y el aumento del paro.

El capitalismo ha sido el sistema predominante en el mundo occidental, desde el fin del mercantilismo. Fue impulsado por la Reforma, que aprobaba el trabajo tesonero y la frugalidad, y por el desarrollo de la industria durante la Revolución industrial, especialmente la industria textil en Inglaterra (s. XVI–XVIII). El capitalismo se diferenció de sistemas anteriores en que utilizó la producción excedentaria respecto al consumo para ampliar la capacidad productiva en vez de invertirla en empresas económicamente improductivas como la construcción de palacios o catedrales. Los poderosos estados nacionales de la era mercantilista crearon las condiciones sociales necesarias para el surgimiento del capitalismo, como sistemas monetarios uniformes y códigos jurídicos.

La ideología del capitalismo clásico fue expresada por Adam Smith en La riqueza de las naciones (1776) y sus teorías sobre el libre mercado fueron ampliamente adoptadas en el s. XIX. En el s. XX, la gran depresión implicó, en la práctica, el término de la economía del laissez-faire en la mayoría de los países. Sin embargo, el desplome de las economías dirigidas por el Estado en los países de Europa oriental y la ex Unión Soviética (ver comunismo), junto con la adopción de algunos principios de libre mercado en China, hicieron del capitalismo, a comienzos del s. XXI, un sistema sin parangón, aunque no exento de problemas.




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